Vivimos un mundo interconectado donde la necesidad de comunicación es cada vez más grande. Las empresas deben adaptarse a esta realidad, ya que una de las ventajas que ofrece la conectividad es una mejora importante en los procesos organizacionales, aportando mayor productividad.
El uso de las diferentes tecnologías y dispositivos, sea computadores de escritorio, portátiles, equipos móviles como celulares y tabletas e incluso la televisión (con el apellido “inteligentes”), son una realidad palpable en todos los ámbitos de la sociedad y se convierten en verdaderamente relevantes cuando se conectan a internet y adquieren la capacidad de capturar información y convertirla en puerto de partida para la toma de decisiones.
Justamente este es uno de los beneficios que obtienen las empresas cuando poseen una red estable, robusta y escalable. Sin embargo, no es el único ya que también:
- Aporta valor al aprovechamiento de la nube y el cloud computing.
- Facilita la movilidad y la conexión desde cualquier lugar, tema indispensable en las empresas del siglo XXI.
- Fomenta un clima de confianza y entrega mejores métodos de comunicación y colaboración entre empleados, involucrándolos en esta dinámica, lo que al final otorga mayor valor a su quehacer.
- Colaboración entre distintas empresas: clientes, proveedores, aliados estratégicos, donde el flujo de intercambio de información resulte beneficioso para todos (con una delimitación clara del nivel de acceso) sin “sacrificar” la seguridad de la información.
¿Y las Pymes qué? Por más extraño que parezca, este tipo de soluciones también son una necesidad para las pequeñas y medianas empresas, las cuales son las primeras en buscar un crecimiento y que tienen a su favor que la inversión que deben realizar para lograr conectividad es menor: son equipos con una capacidad inicial más justa y soluciones que brindan un fuerte impacto que justifica perfectamente la inversión.
Para comenzar es necesario determinar cuántas conexiones habrá y quiénes tendrán acceso a ellas, pues de esto dependerá el cableado y cómo se configurará la red LAN, o red de área local, la cual, en conexiones básicas e iniciales no requiere más que el cableado, la tarjeta de red, el router o enrutador, un software que permita la conexión (normalmente incluido en el sistema operativo) y el servidor, aunque este último es opcional.
Todas estas soluciones nacen de un estudio de necesidades completo en el que se debe buscar un equilibrio entre lo que quiero, puedo y debo ofrecer para facilitar la labor de cada uno de los colaboradores de mi organización. Las empresas que quedan fuera de este círculo, sin darse cuenta, terminan siendo menos eficientes y menos competitivas.